En Monforte de Lemos convergía otro camino, que venía de Castro Caldelas, lugar por donde pasaba la vía XVIII que unía Bracara Augusta con Asturica Augusta. Algunos caminantes, cuando llegaban al puente romano sobre el Bibei, en A Rúa, evitaban entrar en la provincia lucense por Quiroga y seguían la vía XVIII, por los Codos de Larouco, Pobra de Trives y Castro Caldelas. A esta villa también podían llegar los que procedían del vecino país portugués que seguían la Vía XVIII.
Desde Castro Caldelas el camino baja por fuerte y tortuosa pendiente, siguiendo el Camino Real, que pasa por Nogueira y Arroxo hasta cruzar el río Sil en la Barca de Paradela. Aquí, existía, al menos desde la Edad Media, un gran puente de madera, considerado como una de las grandes maravillas de Galicia, junto con el Túnel de Montefurado y los Codos de Larouco y otras obras de ingeniería viaria romana y medieval.
En 1616, todavía aparece este puente que no se sabe exactamente cuando ha desaparecido. Su falta, se suplió con la Barca de Paradela, que estuvo vigente hasta que se construyó en época moderna el actual puente denominado “Ponte Paradela”. Desde aquí tenemos la segunda vía de penetración en tierras lucenses, como camino a Santiago y donde tenemos la base de un catamarán que recorre los cañones del río Sil.
Ya cruzado el río, el camino va superpuesto a la carretera, unos 300 metros, para girar a la derecha e iniciar una fuerte subida entre los socalcos de viñedos de las tierras soberinas hasta Francos. Al fondo y a nuestra izquierda queda encañonado el río Sil, ofreciéndonos una panorámica de tal espectacular belleza que supera el esfuerzo realizado para llegar hasta la cumbre.
Desde Francos, enseguida dejamos las tierras soberinas para entrar en las monfortinas, pasando por los lugares de Marcelle, Pereiras y Río. Cruzamos la repoblación forestal del Monte de Marroxo, lugar desde el que se puede contemplar una gran panorámica de todo el valle de Lemos con la ciudad de Monforte y su castillo coronándola.
La ruta desciende hacia el valle por Pereiras, Cimadevila y Gullade, entrando en Monforte por la calle de Francisco Moure hasta el Campo de la Compañía. Así llamado por ubicarse en el mismo, la obra por excelencia del arte monfortino y de la arquitectura manierista de Galicia, el Colegio de la Compañía o del Cardenal Rodrigo de Castro.